Hoy vamos a dar un paseo por unos de los barrios más típicos de Sevilla, Triana.
Triana cuenta con una marcada y propia identidad: sus calles y plazuelas, el bullicio que se nota en el ambiente, sus comercios, bares, iglesias, corrales de vecinos, sus leyendas, ... hacen de Triana uno de los Barrios más atractivos de Sevilla.
Según la mitología, la diosa Astarté que representaba el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales, huyendo de la persecución amorosa de Hércules vino a refugiarse en la orilla occidental del Guadalquivir fundando Triana.
El nombre de este barrio es de origen dudoso, ya que tradicionalmente, se vinculó a su pasado como colonia romana fundada por Trajano, el emperador romano nacido en Itálica, Trajana-Triana. Otros creen que su nombre proviene de una fórmula de compromiso entre los celtíberos y los romanos, Tri, tres del romano y Ana, río, de origen celtíbero, ya que por esa zona el río se dividía en tres.
De posible fundación tartésica ya que tuvo en tiempos de los romanos una considerable producción alfarera, oficio que aún perdura. Alfareras fueron santa Justa y Tufina, mártires cristianas, y alfarera fué Rumaiquiya, a la que Almutamid hiciera reina de la Sevilla musulmana. No se podía denominar barrio, porque no estaba estructurado como tal, la gente solo iba a Triana a trabajar, cogían el barco para cruzar el río y una vez terminada la jornada laboral (todo el día) se volvían a Sevilla.
Los musulmanes construyen en 1171 el puente de barcas que enlazó de forma permanente la plaza del Altozano con Sevilla, en 1629 se planteó la necesidad de realizar un puente sólido, pero no se llevó a efecto, porque el dinero destinado a tal menester desaparece, y no es hasta 1852 cuando se construiría el primer puente de sólido de la ciudad, bajo el proyecto de los franceses Steinacher y Bennetot, llamado Puente de Isabel II, conocido popularmente como el Puente de Triana, con la construcción de este puente, el barrio vá perdiendo su esencia al tener más mezcla con Sevilla.
Triana siempre fué marinera, una actividad que se ha conservado hasta mitad de los años 60, en Triana se reclutaron y formaron las tripulaciones para América y se aprovisionaron los barcos, como el de Magallanes y Elcano en 1519 que dio la primera vuelta al mundo volviendo a Triana (al puerto de las Mulas) en 1522, yendo Elcano y los suyos a orar a la Virgen de la Victoria, entonces en el convento de los Remedios, hoy en la iglesia de Santa Ana. Se estableció en Triana La universidad de Mareantes (Casa de las Columnas).
Fernando III, crea con sede en la Magdalena la congregación de Navegantes en 1248, posteriormente se llamó agrupación de Navegantes o Mareantes, en el S XVI se construye el La Casa de las Columnas en triana, era un hospital, asilo, preparación marina, y en el s. XVIII se traslada a San Telmo.
Tambien ha contado con otras notables industrias como las almonas de jabón del Duque de Alcalá, que fueron durante los S.XVI y XVII, las mayores fábricas de jabón el mundo, podemos ver una cerámica en la c/ Castilla 24, o la empresa aerónautica Hispano-Aviación, antigua fábrica española de aviones de combate ubicada en el corazón de San Jacinto, desarrolló su actividad de 1939 a 1972. También contó con una fabrica de explosivos, según nos relata el escritor Don Antonio Morgado en su libro Historias de Sevilla:
"Explosión en los molinos de pólvora de Triana el 18 de mayo de 1579 “Estuvieron las casas donde esta pólvora se hace dentro de la misma Triana, por la vanda del Guadalquivir, casi frente a la Torre del Oro, hasta el dicho día, mes y año, cuando se emprendió de fuego toda la pólvora que en ellas había, y volándolas con más de otros treinta pares de casas en su acera, y alrededor, se vido estremecer, y sacudirse toda Sevilla, aun con estar el río Guadalquivir en el intermedio. Como yo soy buen testigo, que estando comiendo a mediodía en la Collación de San Bartolomé sentí que tembló toda la casa, y se me hinchó de tierra toda la mesa”
Nosotros nos adentraremos en Triana cruzando el Puente de Triana, lo primero que nos encontramos es la Capilla del Carmen, fue construida en 1928, obra del arquitecto Aníbal González, muestra de la arquitectura regionalista de principios de siglo.
El edifico de ladrillo visto y cerámica trianera se compone de dos cuerpos, la propia capilla y un campanario de planta octogonal, que recuerdan la forma de un "mechero" de yesca por lo que se le da esa denominación popularmente. En los azulejos de la cúpula de la capilla se representa el escudo del Carmen. La capilla se remata con un templete en el que se encuentran Santa Justa y Rufina y la Giralda. La puerta de la capilla es de reja acristalada, lo que permite el culto de forma permanente.
Según cuenta la leyenda, en este lugar en el S.XVIII se encontró un cuadro de la Virgen del Carmen, y en su honor se levantó la capilla.
Partiremos hacia la C/ Castilla, hasta llegar al callejón de la Inquisición, aqui podemos ver un azulejo que nos indica hasta dondel legó la subida del agua en la inundación del 1784, también nos encontramos con una escultura que rinde homenaje a la ceramica trianera.
Nos adentramos en el callejón de la inquisición y llegaremos a la orilla del rio, desde donde contemplaremos el lugar que ocupaba el Castillo de San Jorge, cárcel y sede de la inquisición. Afectado el castillo por el continuo abandono y sucesivas crecidas del Guadalquivir, en 1823 se instala en su solar el mercado, popularmente conocido como Plaza de Abastos. Con motivo de la exposición de 1992 y con el objetivo de modernizar el citado mercado, éste se demolió, saliendo a la luz los restos del castillo y de un cementerio almohade. Si entramos en el mercado de abasto, podemos ver los restos de la cárcel, se ha detectado que había 26 celdas y una sala para las autoridades.
Se han encontrado tambien restos musulmanes, lo que nos confirma la construcción del castillo de origen árabe.
Los juicios de la Inquisición se celebraban el la plaza de San Francisco, aquí no obstante, se llevaban a cabo algunos juicios rápidos. Cuando alguien era acusado, los inquisidores mantenían en secreto al acusador, por lo cual, la ciudad se convierte en delatora, se acusaban unos a otros simplemente porque no se llevaban bien. La inquisición detenian a las personas, le requisaban sus bienes, eran juzgados y casi siempre condenados, en muy raras ocasiones de libraban.
Pablo Olavide, fué juzgado por la inquisición, motivo por el cual, hulló a Francia.
La Inquisición española, tuvo muy mala fama, principalmente creada por los ingleses, cuando existe documentación escrita, que la inquisición inglesa fue mucho peor que la española, pero la española duró más que ninguna.
Seguimos hacia la izquierda, (si nos ponemos de cara al rio) y hacemos una parada en un edificio que parece tener una pequeña plaza delante (no es tal), en este lugar, estaban las "Reales Almonas" (que yá antes mencionamos).
Nos volvemos a la c/ San Jorge, en el num. 31 tenemos Cerámicas Santa Ana, casa fundada en 1870, ha sido y es la fabrica de cerámica por antonomasia de Triana, lo más importante son los dos azulejos del balcón, los azulejos de la fachada que son de los años 40, lo podemos comprobar, por el nombre de Ceramica Santa Ana, grabado en ella, no se llamó así hasta esa fecha.
Triana cuenta con una marcada y propia identidad: sus calles y plazuelas, el bullicio que se nota en el ambiente, sus comercios, bares, iglesias, corrales de vecinos, sus leyendas, ... hacen de Triana uno de los Barrios más atractivos de Sevilla.
Según la mitología, la diosa Astarté que representaba el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales, huyendo de la persecución amorosa de Hércules vino a refugiarse en la orilla occidental del Guadalquivir fundando Triana.
El nombre de este barrio es de origen dudoso, ya que tradicionalmente, se vinculó a su pasado como colonia romana fundada por Trajano, el emperador romano nacido en Itálica, Trajana-Triana. Otros creen que su nombre proviene de una fórmula de compromiso entre los celtíberos y los romanos, Tri, tres del romano y Ana, río, de origen celtíbero, ya que por esa zona el río se dividía en tres.
De posible fundación tartésica ya que tuvo en tiempos de los romanos una considerable producción alfarera, oficio que aún perdura. Alfareras fueron santa Justa y Tufina, mártires cristianas, y alfarera fué Rumaiquiya, a la que Almutamid hiciera reina de la Sevilla musulmana. No se podía denominar barrio, porque no estaba estructurado como tal, la gente solo iba a Triana a trabajar, cogían el barco para cruzar el río y una vez terminada la jornada laboral (todo el día) se volvían a Sevilla.
Los musulmanes construyen en 1171 el puente de barcas que enlazó de forma permanente la plaza del Altozano con Sevilla, en 1629 se planteó la necesidad de realizar un puente sólido, pero no se llevó a efecto, porque el dinero destinado a tal menester desaparece, y no es hasta 1852 cuando se construiría el primer puente de sólido de la ciudad, bajo el proyecto de los franceses Steinacher y Bennetot, llamado Puente de Isabel II, conocido popularmente como el Puente de Triana, con la construcción de este puente, el barrio vá perdiendo su esencia al tener más mezcla con Sevilla.
Triana siempre fué marinera, una actividad que se ha conservado hasta mitad de los años 60, en Triana se reclutaron y formaron las tripulaciones para América y se aprovisionaron los barcos, como el de Magallanes y Elcano en 1519 que dio la primera vuelta al mundo volviendo a Triana (al puerto de las Mulas) en 1522, yendo Elcano y los suyos a orar a la Virgen de la Victoria, entonces en el convento de los Remedios, hoy en la iglesia de Santa Ana. Se estableció en Triana La universidad de Mareantes (Casa de las Columnas).
Fernando III, crea con sede en la Magdalena la congregación de Navegantes en 1248, posteriormente se llamó agrupación de Navegantes o Mareantes, en el S XVI se construye el La Casa de las Columnas en triana, era un hospital, asilo, preparación marina, y en el s. XVIII se traslada a San Telmo.
Tambien ha contado con otras notables industrias como las almonas de jabón del Duque de Alcalá, que fueron durante los S.XVI y XVII, las mayores fábricas de jabón el mundo, podemos ver una cerámica en la c/ Castilla 24, o la empresa aerónautica Hispano-Aviación, antigua fábrica española de aviones de combate ubicada en el corazón de San Jacinto, desarrolló su actividad de 1939 a 1972. También contó con una fabrica de explosivos, según nos relata el escritor Don Antonio Morgado en su libro Historias de Sevilla:
"Explosión en los molinos de pólvora de Triana el 18 de mayo de 1579 “Estuvieron las casas donde esta pólvora se hace dentro de la misma Triana, por la vanda del Guadalquivir, casi frente a la Torre del Oro, hasta el dicho día, mes y año, cuando se emprendió de fuego toda la pólvora que en ellas había, y volándolas con más de otros treinta pares de casas en su acera, y alrededor, se vido estremecer, y sacudirse toda Sevilla, aun con estar el río Guadalquivir en el intermedio. Como yo soy buen testigo, que estando comiendo a mediodía en la Collación de San Bartolomé sentí que tembló toda la casa, y se me hinchó de tierra toda la mesa”
Nosotros nos adentraremos en Triana cruzando el Puente de Triana, lo primero que nos encontramos es la Capilla del Carmen, fue construida en 1928, obra del arquitecto Aníbal González, muestra de la arquitectura regionalista de principios de siglo.
El edifico de ladrillo visto y cerámica trianera se compone de dos cuerpos, la propia capilla y un campanario de planta octogonal, que recuerdan la forma de un "mechero" de yesca por lo que se le da esa denominación popularmente. En los azulejos de la cúpula de la capilla se representa el escudo del Carmen. La capilla se remata con un templete en el que se encuentran Santa Justa y Rufina y la Giralda. La puerta de la capilla es de reja acristalada, lo que permite el culto de forma permanente.
Según cuenta la leyenda, en este lugar en el S.XVIII se encontró un cuadro de la Virgen del Carmen, y en su honor se levantó la capilla.
Llegaremos a la plaza del Altozano, en este lugar, el emperador Marroquí Abd el Mumen en 1171 mandó edificar el "Castillo de Triana", que aumentó la seguridad de un arrabal sin defensa, pero le impidió al barrio su expansión natural.
Este castillo, llamado de San Jorge tras la reconquista, fue el encargado de la custodia del puente y fortaleza para la ciudad hasta que en 1487 se convirtió en prisión inquisitorial. En 1787 se derrivó parte del castillo, se elevó el terreno a la altura de la inundación de 1784. y se edificó la Plaza del Altozano.
Este castillo, llamado de San Jorge tras la reconquista, fue el encargado de la custodia del puente y fortaleza para la ciudad hasta que en 1487 se convirtió en prisión inquisitorial. En 1787 se derrivó parte del castillo, se elevó el terreno a la altura de la inundación de 1784. y se edificó la Plaza del Altozano.
Partiremos hacia la C/ Castilla, hasta llegar al callejón de la Inquisición, aqui podemos ver un azulejo que nos indica hasta dondel legó la subida del agua en la inundación del 1784, también nos encontramos con una escultura que rinde homenaje a la ceramica trianera.
Nos adentramos en el callejón de la inquisición y llegaremos a la orilla del rio, desde donde contemplaremos el lugar que ocupaba el Castillo de San Jorge, cárcel y sede de la inquisición. Afectado el castillo por el continuo abandono y sucesivas crecidas del Guadalquivir, en 1823 se instala en su solar el mercado, popularmente conocido como Plaza de Abastos. Con motivo de la exposición de 1992 y con el objetivo de modernizar el citado mercado, éste se demolió, saliendo a la luz los restos del castillo y de un cementerio almohade. Si entramos en el mercado de abasto, podemos ver los restos de la cárcel, se ha detectado que había 26 celdas y una sala para las autoridades.
Se han encontrado tambien restos musulmanes, lo que nos confirma la construcción del castillo de origen árabe.
Los juicios de la Inquisición se celebraban el la plaza de San Francisco, aquí no obstante, se llevaban a cabo algunos juicios rápidos. Cuando alguien era acusado, los inquisidores mantenían en secreto al acusador, por lo cual, la ciudad se convierte en delatora, se acusaban unos a otros simplemente porque no se llevaban bien. La inquisición detenian a las personas, le requisaban sus bienes, eran juzgados y casi siempre condenados, en muy raras ocasiones de libraban.
Pablo Olavide, fué juzgado por la inquisición, motivo por el cual, hulló a Francia.
La Inquisición española, tuvo muy mala fama, principalmente creada por los ingleses, cuando existe documentación escrita, que la inquisición inglesa fue mucho peor que la española, pero la española duró más que ninguna.
Seguimos hacia la izquierda, (si nos ponemos de cara al rio) y hacemos una parada en un edificio que parece tener una pequeña plaza delante (no es tal), en este lugar, estaban las "Reales Almonas" (que yá antes mencionamos).
Nos volvemos a la c/ San Jorge, en el num. 31 tenemos Cerámicas Santa Ana, casa fundada en 1870, ha sido y es la fabrica de cerámica por antonomasia de Triana, lo más importante son los dos azulejos del balcón, los azulejos de la fachada que son de los años 40, lo podemos comprobar, por el nombre de Ceramica Santa Ana, grabado en ella, no se llamó así hasta esa fecha.
Azulejo de la fachada
Continuamos nuestro recorrido por la calle Antillano Campos hasta la calle Alfarería, esquina donde confluyen 4 calles, r¡en la pared podemos ver el azulejo con el nombre de "cuatro cantillos"
Seguimos nuesta ruta hacia la c/ San Jacinto buscando la calle Valladares, en esta placita, vemos un monumento a la Virgen del Rocío del año 1997 por los 25 años de la Hermandad.
En la C/ San Jacinto, en el num. 41 Visitaremos la Capilla de Nuestra Señora de la Estrella que fue construida en los años 60 del siglo XX, bajo las órdenes del arquitecto Antonio Delgado Roig. La Hermandad de Nuestra Señora de la Estrella aprobó sus reglas en 1566, fusionándose en el siglo XVII con la de San Francisco de Paula y con la de las Penas.
Está situada en el corazón de Triana y fue bendecida en 1976 por el cardenal Bueno Monreal.
A continuación en el num. 47 de esta misma calle, entraremos en la Iglesia de San Jacinto construida en el siglo XVIII.
La orden de Predicadores Dominicanos, tenían su sede en San Lázaro, sitio poco apropiado y muy alejado de la ciudad originó que se trasladaran en 1679 a una antigua ermita de un antiguo convento de la Candelaria de Triana. Sobre dicha ermita construyen una iglesia que se derrumbó en 1730, fue entonces cuando se construyó la actual, que tras problemas en su edificación, fue inaugurada a finales de 1775.
La Iglesia, situada en el barrio de Triana es obra de Matías de Figueroa que las dirigió hasta 1740, fecha en la que las abandonó. En 1742 se hundió una de las bóvedas y en 1774 la Comunidad manifestó al Cabildo eclesiástico haberse acabado la obra.
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Continuamos por la calle Alfarería y en el num 21 podemos ver la fabrica de "Ceramica Montalban". En el siglo XIX Don Manuel García Montalván, heredando la tradición ceramista familiar, crea la fábrica llamada Ntra. Sra. de la O.
Su técnica renacentista y sus renombrados azulejos le hacen participar en numerosas exposiciones universales como la de París en el año de 1878. Siendo premiado en todas ellas en reconocimiento de su labor.
La casa contigua fue diseñada por Juan Talavera y Heredia en 1927, de estilo regionalista con magnifica azulejeria.
Detalle del techo
La casa contigua fue diseñada por Juan Talavera y Heredia en 1927, de estilo regionalista con magnifica azulejeria.
Detalle del techo
Seguimos nuesta ruta hacia la c/ San Jacinto buscando la calle Valladares, en esta placita, vemos un monumento a la Virgen del Rocío del año 1997 por los 25 años de la Hermandad.
En la C/ San Jacinto, en el num. 41 Visitaremos la Capilla de Nuestra Señora de la Estrella que fue construida en los años 60 del siglo XX, bajo las órdenes del arquitecto Antonio Delgado Roig. La Hermandad de Nuestra Señora de la Estrella aprobó sus reglas en 1566, fusionándose en el siglo XVII con la de San Francisco de Paula y con la de las Penas.
Está situada en el corazón de Triana y fue bendecida en 1976 por el cardenal Bueno Monreal.
A continuación en el num. 47 de esta misma calle, entraremos en la Iglesia de San Jacinto construida en el siglo XVIII.
La orden de Predicadores Dominicanos, tenían su sede en San Lázaro, sitio poco apropiado y muy alejado de la ciudad originó que se trasladaran en 1679 a una antigua ermita de un antiguo convento de la Candelaria de Triana. Sobre dicha ermita construyen una iglesia que se derrumbó en 1730, fue entonces cuando se construyó la actual, que tras problemas en su edificación, fue inaugurada a finales de 1775.
La Iglesia, situada en el barrio de Triana es obra de Matías de Figueroa que las dirigió hasta 1740, fecha en la que las abandonó. En 1742 se hundió una de las bóvedas y en 1774 la Comunidad manifestó al Cabildo eclesiástico haberse acabado la obra.
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