Sevilla, a diferencia de las demás ciudades, no comienza la numeración de su viario desde el Ayuntamiento, sino desde la Plaza de la Campana. Toma su nombre de la campana que, para avisar al vecindario, existía en el edificio del Servicio de Extinción de Incendios situado en uno de sus flancos.
En los albores de nuestro siglo fue centro de reunión de la gente de coleta que describe Blasco Ibáñez, de los flamencos en torno al Novedades y de otra gente de ocupación desconocida.
La Plaza, que sólo tenía un estrecho paso hacia Levante, estaba cerrada por esa cara por una casa del siglo XVI, más tarde reconstruida, que fuera solar de la familia Barrera y que posteriormente se convertía en el famoso Café Novedades.
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